Hay que destacar la Iglesia Parroquial de Burganes de Valverde, delante de cuyo pórtico renacentista, construído en piedra, se levantan dos pilares, que le aportan gran majestuosidad, está rematada por una aguda espadaña. El presbiterio está cubierto por una cúpula y bajo ella se encuentra el retablo mayor, barroco. La hornacina central está presidida por una imagen del Salvador, titular del Templo, destacando también un Cristo tardo-románico.

También son de resaltar, las antigüas Escuelas de Burganes, recientemente restauradas y hoy convertidas en centro cultural.

El Templo Parroquial de Olmillos de Valverde, en honor de San Esteban, es una edificación contemporánea (1969) ya que el anterior hubo de ser sustituído por su ruina. Consta de una sola nave y su torre está construida a base de bloques industriales, presentando un original campanil con varios huecos escalonados de diferente tamaño. Una cruz metálica corona la torre-campanario.

Ambas Localidades cuentan con yacimientos y hallazgos aislados inventariados (Las Hiruelas, Las Cuestas, Valdozagre…) del Paleolítico Inferior, Tardorromano, Visigodo…
 

Recursos paisajísticos


Tanto Burganes como Olmillos de Valverde, están incluídos en la Red Natura 2000. Bañados por el Río Tera, en sus aguas abundan las tencas, barbos, lucios o truchas por lo que ambas localidades son ideales para la práctica de la pesca, así como para los deportes náuticos.

Igualmente, sus paisajes y caminos invitan a la práctica del senderismo o de los paseos en bici.

También se pueden observar numerosas aves, y fauna de monte.

En Burganes de Valverde a orillas del Río Tera, existe una playa fluvial, dotada de parque infantil, zona de pradera, chiringuito, mesas y bancos, barbacoas etc., que en verano se llena de vecinos y visitantes de otros municipios.

En Olmillos, también hay habilitada una zona a orillas del Río, como área recreativa, a la que asisten sus vecinos a disfrutar de las limpias y cristalinas aguas del Tera.

Ambas Localidades cuentan con frontón, campo de fútbol y pista polideportiva para la práctica de diferentes deportes.

 

Caza y Pesca


En los dos valles que integran MACOVALL, (Tera, Vidriales) se ha constituido recientemente la Sociedad deportiva Comarcal " LOS VALLES" formada por treinta localidades, cuyo ámbito territorial cinegético supera las 40.000 hectáreas.

Dicha Sociedad de caza posee 1800 socios propietarios de terrenos cinegéticos y además ofrece un "TURISMO CINEGETICO" a cazadores de otras CCAA principalmente: Asturias, Galicia, País Vasco Madrid, etc.

Su oferta principal para desarrollar el deporte de la Caza, son las especies cinegéticas de caza menor, aunque en los últimos años se han empezado a organizar monterías de Jabalí y Zorro, con excelentes resultados en las capturas.

Uno de los objetivos de MACOVALL es ofrecer este turismo cinegético para que de alguna forma aporte un beneficio no solamente a las localidades que integran la Sociedad Deportiva, sino también todos los puntos hosteleros de la Comarca.

Además del deporte de la caza, también se puede practicar la pesca, no en vano la comarca se halla delimitada por grandes ríos e infinidad de riachuelos, en los que puede capturarse especies, que van desde la Trucha hasta el Lucio, pasando por la tenca, la carpa o el blas-blas.

Existe además un coto la localidad de Mózar de Valverde, donde se pueden disfrutar del deporte de la pesca sobre todo trucha.

 

Gastronomía


La abundancia agrícola y ganadera, piscícola y cinegética de la mancomunidad se hace patente en la mesa. Variedad y sabor caracterizan una gastronomía en la que desataca la elaboración tradicional de las piezas de caza; los "Pichones a la rápida" o las perdices, palomas, codornices y liebres, cocinadas según las recetas transmitidas de generación en generación, son algunos de los platos que deben probarse, sin olvidar las truchas de la región, pescadas en el Órbigo o el Tera, dos de los ríos trucheros con mayor fama en las provincias de Zamora y León. Los pimientos de la zona y el queso de oveja servirán de acompañamiento perfecto. De postre, la tarta del Císter, elaborada con almendras, y la tarta Capuchina, completan la repostería artesana típica de la zona.

Bajo la mención "Vino de la Tierra", los Valles de Benavente dan un vino "de aguja", rosado, afrutado y suave, elaborado con diversas variedades de uva, destacando la Tempranillo, la Mencía y, en especial, la Prieto Picudo. La región vinícola más extensa de la provincia también ofrece tintos suaves y vinos blancos de Malvasía y Verdejo